¡Hola, amigos y amigas del libro antiguo!
Si te digo que cierres los ojos y a continuación pronuncio las palabras librería de viejo, probablemente tu cerebro las asociará con cierto desorden, con partículas de polvo flotando en el espacio y con una actitud más o menos huraña del librero o librera, que permanece parapetado o escondida tras una columna de volúmenes.
El escritor Andrés Trapiello lo contaba así en el Pregón de la Feria del Libro Antiguo de Sevilla en 2010.
“Algunas de estas librerías son a veces covachas angostas, destartaladas, congestionadas y en un desorden doloroso y acumulativo, sumidas en una atmósfera almizclada cuando no micótica e irrespirable, negociejos regentados por figuras extrañas que han llegado a ese oficio como consecuencia de su misantropía, favorecida y simpatizada con la de tantos buscadores y clientes misántropos, extravagantes, cleptómanos, ilusos y mezquinos”.
Y sin embargo, dice, “es tal el amor que les profesa uno, que no podría prescindir de ellas”.
Pocos mundo hay tan estereotipados como éste, que se resiste a abandonar esa tonalidad color sepia de un tiempo que ya no es.
Con cierto espíritu de contradicción, sin nostalgia y con ganas de contar muchas historias sobre la cultura del libro impreso, desde la Asociación de Amigos del Libro Antiguo de Sevilla estamos estrenando nueva página web.
El equipo de Like a Wave, programador y diseñadora, se han esforzado en plasmar lo que teníamos en mente: una herramienta actualizada, que conectase con todo tipo de público –como el que visita nuestras librerías, por cierto- y que rompiese –sin denostarla- esa imagen que nos persigue.
“Queríamos refrescar el concepto de pasado de la asociación, diseñando un presente y un futuro con el que comunicar que lo viejo y lo nuevo pueden convivir sin oler a alcanfor”, nos explican Jesús Tovar y Nazaret Escobedo.
“La base creativa son fotografías sin restricciones conocidas de derechos de autor, de lectores del siglo pasado publicadas por diversas bibliotecas, como la del Congreso de los Estados Unidos, el George Eastman Museum o el Nationaal Archief. De las lecturas de estas personas, surge un universo ilustrado que da color al pasado y otorga un nuevo sentido a lo que ya ocurrió”.
Daniel Cruz, nuevo librero de viejo, coincide en esta visión. “Hemos querido incorporarnos a la actualidad de la red con una página útil e interesante. Hasta ahora, estaba muy vinculada a la celebración de la Feria pero queremos dotarla de contenidos durante todo el año porque la cultura del libro impreso sucede todos los días”, asegura.
Y añade que “si queremos conectar el pasado con las nuevas generaciones, transmitir las huellas que ha dejado el trabajo de libreros y la impresión en la ciudad, el primer paso que había que dar era mostrar una imagen fresca y atractiva”.
Sabemos que las librerías de viejo que siguen apostando por su espacio físico son lugares de vida, asombro y conversación en torno al libro y a la cultura del papel. Muchas de ellas, además, participan en la vida cultural de sus ciudades, con agenda propia.
Las ferias del libro antiguo y de ocasión de aquí y de allá son espacios de encuentro que permiten acceder de manera personal a una gran cantidad de fondos. Además, siguen siendo vitales para el funcionamiento de un mercado que no sólo está en Internet.
Puede que los archivos y bibliotecas que custodian fondo antiguo no reciban toda la atención administrativa que merecen pero son símbolos de la memoria de la cultura humana.
Los oficios del libro –bibliotecarios, libreros, encuadernadores, impresores, tipógrafos, diseñadores – responden a un modo de transmisión de la cultura que, en este momento de cambio de civilización, no está irremediablemente perdido y quiere ser contado a las nuevas generaciones.
De estos y otros temas hablaremos en este blog, al que nos gusta llamar álbum de experiencias porque es la experiencia la que nos hace más humanos y reales.
¡Sed bienvenidos y bienvenidas!
(Foto: State Library of Queensland)