«Una librería, esté donde esté, en Tokio o Sevilla, es siempre un mismo país, o mejor aún, una sola calle».
Con este concepto ha trabajado el escritor Juan Bonilla a la hora de editar La calle de los libros, un volumen que reúne las imágenes de 18 fotógrafos que han deambulado por las librerías y mercadillos de Calcuta, Estambul, Nápoles o Madrid, y que se van intercalando con los poemas de 21 escritores, dedicados a las bibliotecas, a las librerías de viejo o a la lectura.
Entre las imágenes, nos encontramos librerías como la Strand de Nueva York, Donceles de México o Raimundo de Cádiz, junto a El Jueves de Sevilla, los Encantes de Barcelona o Jimbocho Street, en la capital japonesa. Entre los textos, versos dedicados a los libros extraños, a la lectura en un cuarto de hotel o a los dones.
La calle de los libros juega con la idea de tener una autoría única, igual que los libros podrían estar en una misma calle, dado que las imágenes y los textos van intercalados sin atribución ni ubicación. Como dice el poema Círculo de Amigos, de Antonio Rivero Taravillo, “a la postre, todo sitio es el mismo anaquel ordenado de manera distinta”.